La Importancia de la Psicología en la Inversión

Muchas personas se sorprenden cuando les cuentas que la psicología es uno de los factores más importantes para tener éxito en la inversión. La bolsa tiene una relación directa con la economía, y eso es así porque en función de cómo evolucionen las distintas variables económicas (como por ejemplo la demanda de productos, la presión fiscal, o las recesiones), la bolsa subirá, bajará o cotizará plana.

Para nosotros será importante entender el contexto económico de un país y la situación en la que se encuentran las empresas en las que queremos invertir, pero el rasgo diferencial entre éxito y fracaso en la inversión reside en el grado de control sobre las emociones cuando invertimos en bolsa.

Para alcanzar el éxito en la inversión es necesario tener el enfoque correcto. Una frase muy representativa es la que dijo uno de los inversores más reconocidos de la historia:

”Hay personas que no tienen paciencia para enriquecerse lentamente, y es por ello que acaban empobreciéndose rápidamente”. Warren Buffett

La psicología es uno de los aspectos que menos tuve en cuenta cuando era un principiante, pero cuando empecé a operar me encontré con la dura realidad. Tener confianza en tu sistema de trading no es fácil al principio y debes someterte a un duro proceso en el que la incertidumbre del mercado, el estrés y la indecisión van a formar parte de tu día a día.

Para superar las barreras mentales hay un secreto: operar, operar y operar. 

A lo largo de este artículo te daré los mejores consejos para poder afrontar las emociones en la inversión. Además, analizaremos los miedos que aparecen con más frecuencia cuando operamos en los mercados financieros.

La importancia de la psicología en la inversión

Durante mis inicios como inversor, la presión psicológica a la que estaba sometido cuando operaba, influía de manera muy notable en los resultados. 

Sería poco realista decir que a día de hoy estas emociones no influyen en mi forma de operar, pero con el tiempo aprendes a convivir con estas emociones, imponiendo tu estrategia de inversión por encima de toda emoción e impulso.

Las emociones y la inversión no son buenas compañeras de viaje. En muchas ocasiones, el impacto que tienen las emociones sobre nosotros, son tan fuertes que pueden llegar a desviarnos de nuestra estrategia, y es precisamente nuestra estrategia la que nos va a permitir obtener una ventaja estadística en nuestra operativa.

Si invertimos en base a impulsos, lo más probable es que nuestra cuenta de trading acabe a cero más rápido de lo que pensábamos.

Barreras psicológicas: el estrés, la codicia y el miedo

Existen una gran cantidad de variables que afectan a nuestras emociones cuando invertimos. 

Durante mis inicios como inversor me di cuenta de la influencia que ejercían las emociones y sentimientos cuando operaba en los mercados financieros. Las 3 emociones que más me marcaron fueron el estrés, la codicia y el miedo, por este motivo creo interesante hablar más en profundidad sobre sus efectos y por qué son tan importantes.

En el siguiente apartado aprenderemos cuáles son las emociones que afectan más negativamente a los inversores.

  • El estrés

Saber gestionar el estrés en la inversión, sobretodo en aquellas estrategias a corto plazo como el day trading o el scalping, es fundamental para tomar las decisiones correctas en el momento correcto. Cuando el estrés nos supera, es muy probable que tomemos las decisiones equivocadas por culpa de nuestros impulsos.

Es conveniente no operar si en nuestra vida personal estamos viviendo situaciones de estrés. Nuestra operativa se puede resentir por culpa de esta barrera psicológica, y agravar nuestra situación personal.

Sólo hay una forma para aprender a gestionar el estrés en la inversión… Invirtiendo. Resulta muy útil analizar las emociones que sentimos cuando operamos en bolsa, para buscar un punto de equilibrio en el que nos sintamos cómodos y tengamos el control de la situación.

  • La codicia

La codicia en la inversión suele darnos grandes lecciones, sobre todo cuando empezamos a invertir en bolsa. Cuando nuestro plan de trading funciona y encadenamos periodos con altas rentabilidades, nos inunda un sentimiento de confianza y nos sentimos capaces de todo.

Como consecuencia del exceso de confianza tomamos mayores riesgos, y el desenlace en este tipo de situaciones suele resolverse con pérdidas considerables por haber asumido demasiado riesgo.

El aprendizaje ante estas situaciones suele ser duro pero eficaz. Debemos ser muy conscientes que cuando invertimos en bolsa estamos compitiendo con las mentes más brillantes del mundo (los tiburones) que quieren quedarse con el dinero del resto de peces (nosotros). 

Ser humildes y entender que competimos contra los mejores (grandes bancos, fondos de inversión, hedge funds, etc.), nos permitirá ahorrarnos varios miles de euros en nuestro camino como inversores. 

  • El miedo

El miedo en la inversión es un arma de doble filo con la que te puedes cortar por ambos lados. El efecto del miedo puede provocar dos situaciones diferentes sobre el inversor; paralizarse ante la incertidumbre o precipitarse ante las caídas. Explicamos los detalles a continuación:

Paralizarse ante la incertidumbre

Cuando abrimos una operación de la que no estábamos seguros y el precio empieza a bajar lentamente, solemos entrar en una parálisis ante la que no sabemos exactamente cómo reaccionar. En el momento que el miedo empieza a apoderarse de nosotros, cortamos la operación con pérdidas para evitar un mal mayor.

El gran error en este tipo de operativa reside en abrir y cerrar una operación sin una estrategia clara. Gracias a nuestro plan de trading sabemos por qué abrimos una orden y por qué la cerramos. Si la estrategia de trading está clara, reduciremos al máximo el miedo a abrir y cerrar órdenes, porque todo ha estado previamente planificado. 

Precipitarse ante las bajadas (y ante las subidas)

Una de las reacciones más típicas cuando el precio de un activo experimenta fuertes caídas es salirse por patas por el miedo a que baje todavía más. Si hacemos day trading, lo ideal será cubrir el riesgo de nuestras operaciones mediante el stop loss, mientras que en el caso de la inversión a largo plazo como el value investing, deberemos analizar detalladamente el motivo de la bajada e incrementar o reducir posiciones en función del caso.

Por otro lado, en operaciones ganadoras, los inversores tienden a limitar las ganancias por miedo a que el mercado se dé la vuelta y acaben perdiendo dinero. En estos casos existe otra herramienta cuyo nombre es ‘’break eaven’’ la cual nos permite poner una señal de venta justo por encima de nuestro precio de compra para asegurarnos que no perdemos nada con esa operación. 

Fortalezas psicológicas: la constancia, la flexibilidad y la mejora continua

  • Constancia

La clave de la mayoría de los logros en nuestra vida es la constancia, y la inversión no resulta una excepción. Dedicándole horas y horas a la lectura, a la operativa y a compartir experiencias con otros inversores vamos a poner la probabilidad de nuestro lado para lograr grandes rentabilidades en el medio y largo plazo.

Una de las formas más efectivas para ser constante en la inversión consiste en dedicarle unas horas cada día, y cuando hablo de ‘’inversión’’ no me refiero exclusivamente a operar. La operativa es la consecuencia del aprendizaje previo, así que debemos seguir aprendiendo para ir mejorando nuestra operativa a lo largo de los años.

  • Flexibilidad

La flexibilidad es la característica que permite adaptar nuestra estrategia de inversión a los cambios en el entorno de mercado. Las estrategias que funcionaban hace unos años pueden no funcionar ahora y por este motivo debemos ser flexibles para ajustar nuestros sistemas cuando detectemos que el entorno cambia.

Un buen ejemplo de estrategia flexible la encontramos en los inversores en valor. Cuando el mercado está caro porque las expectativas de crecimiento son muy altas, hay algunos gestores que deciden literalmente no operar. 

En estos entornos de mercado, comprar a precios caros implicaría contradecir el principio básico del value investing: ‘’comprar acciones cuyos precios coticen por debajo del valor intrínseco de la compañía’’.  

  • Mejora continua

La mejora continua en la inversión es otra de las piezas angulares del éxito. Muchos inversores confían en estrategias que han funcionado en el pasado, pero esas estrategias pueden no funcionan en el entorno actual.

Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras (esta frase la escucharás muchas veces), y de la misma forma que esto es así, también lo es que las estrategias exitosas del pasado pueden no serlo ahora, o que aquella empresa que en el año 2000 era líder en su mercado puede no existir a día de hoy.

Es por este motivo que tanto la constancia, la flexibilidad y la mejora continua son características que marcan la diferencia entre los inversores de éxito y aquellos que no logran batir al mercado.

 

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