La rentabilidad y el riesgo son dos conceptos que van relacionados. Cuando queremos obtener altas rentabilidades, tenemos que asumir riesgos igualmente altos. Por eso es importante saber medir el riesgo de las inversiones, para saber si el ratio entre el riesgo y el beneficio potencial merece la pena.
En este artículo hablaremos precisamente de esto, del riesgo de las inversiones, para conocer los tipos de riesgo que existen, y aprender los métodos más efectivos para gestionarlo.
¡Vamos allá!
¿Qué es el riesgo de la inversión en bolsa?
El riesgo financiero es la probabilidad de que una inversión no nos permita obtener la rentabilidad esperada, por factores relacionados con el mercado, por la liquidez de la empresa, o por otros motivos relacionados con el mercado y su entorno.
Este riesgo puede suponer la pérdida total o parcial de la inversión. Dependiendo del nivel de apalancamiento y del producto financiero que utilicemos, el riesgo de la inversión puede aumentar notablemente.
Riesgo de mercado
El riesgo de mercado es la probabilidad de que la inversión entre en pérdidas por la propia volatilidad del mercado, la cual está expuesta a los resultados de las empresas, a noticias macroeconómicas, y a un sinfín de variables que afectan al precio de las acciones.
Algunas de las principales variables que afectan al precio de las acciones en el mercado, son las siguientes:
Noticias macroeconómicas
Resultados empresariales
Tendencia del sector
Riesgos políticos
Estos factores afectan de forma notable a las acciones que cotizan en el mercado, aumentando la volatilidad de sus precios, y por lo tanto, pudiendo afectar al riesgo de nuestras operaciones en bolsa.
Medir el riesgo de una inversión
Una vez se han detectado aquellas variables que afectan al riesgo de nuestra inversión, es importante cuantificar y medir el riesgo, para determinar cuáles son las variables que más están afectando al riesgo de la inversión.
Los niveles de riesgo de la inversión
Los niveles de riesgo de una inversión los podemos clasificar 3 niveles que van de menos a más riesgo. Los niveles de riesgo vienen determinados por el potencial de beneficio esperado, aumentando el riesgo a medida que aumenta la rentabilidad de las operaciones en bolsa.
Aquellos productos con menos riesgo se sitúan en la parte baja de la pirámide, mientras que los que tienen un mayor riesgo se sitúan en la parte superior, tal y como podemos ver en la imagen de la pirámide.
Nivel de riesgo 1
En el primer nivel de riesgo, encontramos productos financieros como las cuentas de ahorros o los bonos del Estado, los cuales son inversiones en renta fija con una rentabilidad esperada del 1-2% anual, y tienen un nivel de riesgo bajo debido a su baja volatilidad.
Nivel de riesgo 2
En el segundo nivel de riesgo, encontramos las acciones, los fondos de inversión, o la inversión en bienes inmuebles, los cuales nos pueden proporcionar una rentabilidad del 4 al 10% anual de media.
El riesgo en el caso de los activos inmobiliarios suele ser elevado, debido a los altos niveles de deuda que se utilizan para realizar este tipo de operaciones, donde es habitual pedir préstamos o hipotecas para financiar la inversión.
En el caso de la inversión en acciones y fondos de inversión, el riesgo dependerá del activo que compremos y la volatilidad que experimente el mercado. Como regla general, la volatilidad en la renta variable se minimiza en el largo plazo.
Nivel de riesgo 3
En el tercer nivel de riesgo encontramos los CFDs y otros productos que nos permiten el apalancamiento. La rentabilidad de este tipo de productos financieros viene condicionada por una adecuada gestión del riesgo de la inversión.
El riesgo de este tipo de productos es tan alta, que en la mayoría de casos el riesgo de la inversión no compensa la rentabilidad potencial de la misma.
Formas de gestionar el riesgo
No podemos empezar a invertir sin antes tener un sistema en el que marquemos nuestra tolerancia al riesgo. A continuación vamos a ver las formas más efectivas de gestionar el riesgo:
Tolerancia al riesgo
Todos debemos establecer una determinada tolerancia al riesgo, en función de variables como la rentabilidad que queremos obtener o por el factor psicológico que afecta a nuestras emociones cuando observamos que estamos perdiendo dinero en bolsa.
Cada inversor tiene su propia tolerancia al riesgo, y suelen intervenir distintos motivos para cada persona. Por eso debemos conocernos a nosotros mismos para poder elegir la estrategia que nos permita obtener buenas rentabilidades, al mismo tiempo que dormimos tranquilos por las noches sin preocuparnos por nuestro dinero.
Diversificar las inversiones
Diversificar, también conocido como ‘’no poner todos los huevos en la misma cesta’’, es una herramienta para minimizar el riesgo de las inversiones. Consiste en no concentrar nuestra inversión en pocas empresas, sino que invertiremos varias empresas de sectores, perfiles y zonas geográficas distintas.
Gracias a la diversificación, si realizamos una mala inversión en una de las empresas, los efectos no afectarán de manera significativa al total de la inversión, dado que cada empresa tendrá un peso pequeño en el total de la cartera de acciones.
De esta forma, si una de estas empresas resulta ser una mala inversión, el impacto que tendrá en nuestra cartera será pequeño, dado que se compensará con el resto de acciones.
Reducir el impacto de las pérdidas
Si pone todo su capital en las acciones de una única empresa, se arriesga a perder la mayor parte de su dinero, o todo si esa compañía quiebra. En cambio, si compra acciones en distintas empresas, las pérdidas que sufra a causa de la quiebra de una de ellas no tendrán un efecto tan devastador sobre su inversión total.
Por eso no sólo es importante diversificar, sino que es imprescindible comprar empresas con bajos niveles de deuda y buenos negocios, las cuales puedan generar un flujo de capital creciente a lo largo de los años.
Ratio Riesgo – Beneficio
El ratio riesgo – beneficio nos permite comparar el retorno esperado de la inversión en función del riesgo que vayamos a asumir.
Para poder calcular correctamente el ratio riesgo/beneficio debemos comparar el dinero que arriesgaremos con el beneficio potencial que nos puede generar la inversión.
Ejemplo ratio riesgo beneficio
Si en nuestra estrategia de inversión contemplamos un ratio riesgo beneficio de 1:2, significa que por cada euro que invertimos, esperamos un retorno de x2 veces nuestro capital.
Por ejemplo, si invertimos 1.000€ en acciones y queremos obtener un ratio de 1:2, buscaremos a empresas con un potencial del 200%, con el objetivo de que estos 1.000€ se conviertan en 3.000€ cuando nuestra inversión alcance nuestro precio objetivo.
De esta forma conseguiremos arriesgar como máximo los 1.000€ de la inversión inicial, esperando un retorno potencial de 2.000€, lo cual nos proporciona ese ratio 1:2.
Este ratio no sólo es útil para la inversión a largo plazo y para el trading, sino que también puede utilizarse en otro tipo de inversiones como en el trading o en la inversión inmobiliaria.
Referencias bibliográficas
- Elements of Financial Risk Management, 2nd Edition
- Quantitative Risk Management: A Practical Guide to Financial Risk
- Understanding Derivatives: Markets and Infrastructure